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Las especies más conocidas son, sin duda, Hibiscus rosa-sinensis, popularmente "Rosa de China", e Hibiscus syriacus, popularmente "Rosa de Siria o Althea", pero existen algunas otras especies, menos cultivadas y algo menos conocidas quizás, no menos interesantes.
El género Hibiscus pertenece a la familia Malvaceae, y está formado por plantas herbáceas, anuales o perennes, arbustos, subarbustos y árboles, con las hojas enteras o a veces lobuladas o partidas. Sus flores son axilares, generalmente solitarias, aunque a veces se disponen en racimos, corimbos o panículas. Tienen un epicáliz con 4-20 segmentos, separados o a veces unidos basalmente o al cáliz, que es generalmente acampanado, con 5 lóbulos. La corola tiene 5 pétalos mucho más grandes que el cáliz. Los estambres están unidos formando una columna estaminal que en ocasiones puede sobresalir notablemente a la corola. El fruto es capsular. Comprende alrededor de 200 especies de zonas tropicales y cálidas. Su nombre proviene del griego Hibiskos, nombre dado al malvavisco común en la época de Dioscórides y Plinio.
Además de su interés en jardinería, de algunas especies tropicales se obtienen frutos comestibles, fibras, sustancias medicinales e incluso madera, deduciéndose, por tanto, que estamos ante un grupo de plantas de cierta importancia económica, aunque bien es verdad que exceptuando el aspecto ornamental, su importancia es casi siempre de carácter más o menos local.
Desde la introducción del hibisco en Europa en el siglo XVIII, han sido obtenidos muchos híbridos, principalmente en Hawai y Florida, pudiéndose cifrar en varios cientos los cultivares actuales, la mayoría de ellos desconocidos en nuestro país. Las dos especies más hibridadas son Hibiscus rosa-sinensis, muy utilizada en climas tropicales y subtropicales, e Hibiscus syriacus, más utilizada en climas templados y fríos.
Muchos de los hibiscos cultivados en nuestro país normalmente no llegan a formar semillas, por lo que debe acudirse a la reproducción por métodos vegetativos que, por otra parte, son los únicos que garantizan una uniformidad en la producción. Los esquejes, acodos aéreos e injertos son métodos a emplear en unos u otros casos, siendo el primero de ellos el más utilizado y no ofreciendo especiales dificultades su realización. Preferentemente deben utilizarse esquejes de madera tierna o semidura. El empleo de hormonas de enraizamiento, aunque no se hace imprescindible, si es aconsejable. El período de enraizado puede durar de 4 a 6 semanas, y durante el mismo es conveniente mantener altos niveles de luz y humedad.
En cuanto al cultivo, aunque son en general plantas que no requieren cuidados especiales, si debe cuidarse al menos el riego y la fertilización, pues ello redundará en el verdor y la floración de nuestros hibiscos.
Los hibiscos necesitan agua abundantemente, produciendo su escasez la defoliación de la planta en algunas especies o la sensación de marchitez de las hojas en otras. Por ello, los riegos deben ser más o menos frecuentes, dependiendo de la naturaleza del suelo. Del mismo modo, la adecuada y regular fertilización con un abono de equilibrio 2:1:2,5 mantendrá cubiertas perfectamente las necesidades de la planta, ya que al parecer el potasio favorece notablemente la floración.
Respecto a las plagas y enfermedades, los hibiscos son plantas que no tienen especiales problemas, siendo las plagas más frecuentes los pulgones, araña roja y mosca blanca, ésta última en el caso de aquellas especies con hojas tomentosas. Los tratamientos a aplicar son los normales y específicos para estos tipos de insectos, por lo que no entraremos en más detalles.
En cuanto al cultivo, aunque son en general plantas que no requieren cuidados especiales, si debe cuidarse al menos el riego y la fertilización, pues ello redundará en el verdor y la floración de nuestros hibiscos.
Los hibiscos necesitan agua abundantemente, produciendo su escasez la defoliación de la planta en algunas especies o la sensación de marchitez de las hojas en otras. Por ello, los riegos deben ser más o menos frecuentes, dependiendo de la naturaleza del suelo. Del mismo modo, la adecuada y regular fertilización con un abono de equilibrio 2:1:2,5 mantendrá cubiertas perfectamente las necesidades de la planta, ya que al parecer el potasio favorece notablemente la floración.
Respecto a las plagas y enfermedades, los hibiscos son plantas que no tienen especiales problemas, siendo las plagas más frecuentes los pulgones, araña roja y mosca blanca, ésta última en el caso de aquellas especies con hojas tomentosas. Los tratamientos a aplicar son los normales y específicos para estos tipos de insectos, por lo que no entraremos en más detalles.
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Fuente: www.wikipedia.org
Eso es un pacífico de toda la vida, es por el nombre que más se le conoce y se da mucho por las ciudades costeras por ejemplo Málaga. Aunque donde más crece son en las zonas más secas, tenemos el cas de Sevilla o Córdoba donde además de crecer más que en la costa si se le tiene bien cuidado suele echar más flores.
ResponderEliminarEn verdad son plantas que se han adaptado mucho mejor a nuestro clima de lo que la gente se cree y lo digo por experiencia ya que tengo todas las especies que hay y muchos hibridos, además de injertos.....vamos que si nos ponemos a contar hay más de 40 o 50.
Saludos.
Muchas gracias por la información ofrecida. Yo la verdad nunca había oído esta planta por el nombre de "Pacífico", simplemente la conocia como hibisco.
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