
La tuberculosis se caracteriza por la aparición de tumores que en un principio son pequeños, blandos, lisos y de color verde. Posteriormente se lignifican y endurecen presentando una superficie irregular, rugosa y agrietada. Su tamaño, una vez alcanzado el total desarrollo, es parecido al de una avellana, y pueden estar aislados o muy próximos unos a otros.Cuando el ataque es fuerte puede provocar el debilitamiento y secado de muchas ramas atacadas, incluso el propio árbol. Los olivos atacados producen frutos de muy mala calidad, poca cosecha y con frecuencia la oliva cae al suelo por falta de nutrición. Los aceites obtenidos son de poco rendimiento y con sabores extraños.
Hay que tomar actitudes preventivas, pues una vez instalada la bacteria en el olivar, resulta complicado y caro eliminarla. Para la recolección es preferible no utilizar medios traumáticos como el vareo, que produce muchas heridas. Por orden de interés estaría el vibrador, cuando se pueda, o el ordeño a mano ayudado de pequeños instrumentos no traumáticos.Al efectuar la poda se deben dejar los olivos afectados para el final, evitando transmitir la bacteria a los árboles sanos. Los instrumentos de poda deben desinfectarse pasándolos por una llama o mediante su introducción en disoluciones concentradas de sulfato ferroso. No se debe utilizar material vegetal para multiplicación, de plantaciones infectadas. Un método eficaz es cortar y quemar en el mismo campo todas las ramas atacadas, preferiblemente en tiempo seco puesto que la humedad favorece la infección.
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